jueves, 20 de septiembre de 2012

La resolución


Teníamos un libro. La novia vestía de negro, de Cornell Woolrich. Y teníamos una película. La novia vestía de negro, de François Truffaut. Teníamos un reto (planteado en el post anterior): ver cómo se trasladaba un capítulo que no sólo era capital para el conjunto del libro sino que discurría sin que en ningún momento se pudiera revelar la identidad de los personajes.

La solución que ofrece Truffaut es quizá la más sencilla. Elimina por completo el capítulo y, en definitiva, cambia el final. La novela de Woolrich termina por imponer un castigo severo a su protagonista, en un final de dureza extrema: ella es detenida gracias al capítulo que aquí hemos tratado y pronto se le revela que su venganza no tenía razón de ser.

Truffaut, en cambio, termina por plantear un relato de venganza sin desgarro final. Ahora bien: sí que plantea la detención de la protagonista. Lo hace, curiosamente, durante un entierro, cuando ella tiene el rostro tapado y su identidad (como en el libro de Woolrich) está escondida bajo un velo negro.

El reto


Tenemos un libro. La novia vestía de negro, de Cornell Woolrich. Y tenemos una película. La novia vestía de negro, de François Truffaut.

Tenemos un reto.

En su novela, Woolrich plantea una narración de estructura pautada, en la que a cada capítulo se produce un crimen. Mientras, un policía pisa los talones de la misteriosa asesina. Woolrich culmina el relato aprovechando la ventaja que le da la literatura: no vemos sino que leemos. El último capítulo de La novia vestía de negro discurre bajo dos incógnitas: un hombre y una mujer están cara a cara; pero no podemos saber (porque el autor lo esconde y porque no podemos ver el rostro de los personajes) la identidad de cada uno de ellos. Así, se produce un impactante giro final.

El final plantea un reto fascinante si pensamos el libro en clave audiovisual: ¿cómo trasladar este capítulo a una escena? ¿Cómo esconder la identidad de los personajes en una secuencia en la que el fuera de campo parece impensable?

De momento, veamos qué hizo François Truffaut.